Para Unai

Es de esas noches en que la luna parece una sanguina... plena, redonda y roja... todo es silencio en rededor y solo una leve brisa mueve las hojas caídas a lo largo del sendero acompañando los pasos de un hombre que camina bajo una capa negra... No es la primera vez que recorre este camino ni será la ultima pues siempre va buscando un sueño, una quimera, un ser níveo y dulce de ojos oscuros y profundos... Las horas pasan, el reloj marca una y otra vez la hora señalada pero él sigue caminando, despacio, silencioso...
Una figura surge a lo lejos... como en una cadencia deja caer su cuerpo al suelo; la falda le cubre los pies descalzos, un corpiño ciñe su talle y oprime su pecho que se adorna con una cruz de azabache... los ojos negros aún en la distancia lo miran a él, los suaves labios con un perlado brillo parecen musitar una plegaria...
El hombre siente una punzada de dolor, un ahogo hondo y profundo que le impide articular las palabras que brotan en su mente... apresura el paso, siente miedo por si no logra llegar hasta ella pero conforme se acerca la figura se le antoja mas corpórea, incluso cree entender los sonidos que salen de su boca, es un nombre de varón, el suyo... ya puede sentir su olor, es tan dulce que oprime sus sienes y embota sus sentidos... ella baja su rostro y sus labios enmudecen... el silencio lo envuelve todo... están uno frente al otro y no se atreve a dar el paso definitivo para tomarla en sus brazos... lentamente el se agacha; con sus dedos toma la barbilla de la mujer y levanta su rostro... deposita la palma de la mano en su suave mejilla que se tiñe de rubor... ella, inclinando la cabeza cierra los ojos de los que escapa una lagrima... su boca tiembla pero esboza una leve sonrisa y acercándose a el se entrega a los brazos que se estremecen al recibirla... sus bocas se unen en un momento eterno...
Cuando sus labios se separan él mira esos ojos que serán suyos para siempre y al fin logra susurrar... tú