martes, 22 de julio de 2008

Mi barco es de papel... segunda parte

Hace unos días os contaba que tenía un nuevo barco de papel... también dije que en un mes o así os lo enseñaba pero han pasado ya veinte días de aquello y no he pasado del primer doblez.

Y por una decisión de esas que me dan a veces, así medio sin sentido medio por ser infiel a mi misma, por hacer las cosas por instinto (o porque sopla el cierzo) he decidido mostraros un poco más de mí de lo que acostumbro en este blog... y es que aunque sea un poco cotorra y os hable de mis ideas, sentimientos, canciones que hablan de mi... soy una cotorra tímida en otros aspectos.
Puede que sea una manera de obligarme a mi misma porque una vez mas me atasqué y me entró miedo ante el lienzo en blanco, como un saltar a lo hondo de la piscina a ver si aprendo a nadar...
Éste es mi barquito de papel, mi nuevo rumbo... a ver si consigo llevarlo a buen puerto.


P.D- Aunque no venga a cuento... no habéis contestado al acertijo que propuse ayer... aquí mucho mirar y poco mostraros ehhh...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El río donde flotar tu barco es el Arazas en Torla. Estuve el miercoles pasado y llevaba mucha agua. Aún queda bastate nieve en el Perdido y en el Cilindro de Marboré. Y Goriz no sé si es el mejor refugio pero sí el sitio donde mejor se ven las estrellas en el Pirineo.
Chantal Maudit con esa forma tan especial que tenía de ver la vida escribió en un impresionante libro "quizá la idea sea ir tan lejos como sea posible, hasta el final de sí mismo, territorio donde el tiempo se convierte en espacio, donde las cosas se muestran en toda su desnudez y donde el viento sopla anónimo". Y me imagino que vale tanto para la montaña como para el arte o la vida. Saludos. Enrique.

Wilwarin dijo...

Gracias por tu comentario Enrique; pues efectivamente mi "barco de papel" navega por Torla... por curiosidad ¿la reconociste en el lienzo?
Lo que me tiene realmente atascada es la montaña del fondo, me resulta difícil plasmar lo que quiero hacer realmente, no quiero un paisaje realista y me gustaría transmitir lo que siento yo cuando la contemplo. A ver si al final no se me hunde en barquito y puedo enseñároslo terminado.

No he visto las estrellas en Goriz pero si desde Torla, en un banco de piedra que hay enfrente del Hotel Bujaruelo (en el que estuve alojada y me encantó) y con esa misma montaña enfrente... qué mágico momento.

Anónimo dijo...

La reconocí en el lienzo. La iglesia de Torla con Mondarruego al fondo es inconfundible, como la Alhambra y el Veleta, la ermita de San Frutos y las Hoces del Duratón...
De las montañas del Pirineo las de Ordesa son las que más me gustan, al ser cálizas cada uno tiene tan distintas. En mayo del año pasado bajé del Taillón por las clavijas de Cotatuero entre las paredes rojas de la Fraucata a un lado y las que caen del Gallinero con la faja de las flores. Con el miedo que me dan esas clavijas. Un montañero miedoso, en fin...
Plasmar las emociones que uno siente al contemplar una montaña es algo muy dificil, porque las pasiones son más faciles de vivir que de explicar. Sólo los muy grandes como Van Gogh lo consiguen porque no había ninguna frontera entre su arte y su vida y siempre a costa del desamparo. Como en el artículo de Okakura la obra es una realidad viviente.
Yo pinto fatal, son un desastre pero en mi caso intentaría que fuera como en uno de esos cuadros de Zobel en que la realidad pararece salir del sueño en ese momento de la duermevela.
Que tengas suerte. Seguro que el cuadro es bueno. Ya sabes las dudas sobre como pintarlo no es un problema, quizá sea la manera... un saludo y perdona por el rollo.