jueves, 14 de febrero de 2008
que pararse y ponerse a temblar
que pararse y
ponerse a temblar...
Hay momentos en que lo único que podemos hacer es seguir caminando... seguir la vía que una vez decidimos tomar confiando en nuestra lucidez pasada a la hora de escogerla. Quizás sea cuestión de ser fieles a nosotros mismos aunque lo que realmente deseemos es parar, detenernos y que, como en los cuentos de hadas, con una siestecita de 100 años se nos resuelva todo...
Ya viví así una vez, no fueron 100 simplemente unos 8 o 10 años en los que nadie pudo acceder a mí realmente, en el que pocas cosas llegaron a herirme porque tenía una coraza que lo impedía. Eso me enseñó a compadecer a las pobres princesas que toman ese papel en su no-vida, a tomar la decisión firme de que jamas volvería a hacerlo. Y ahí estaba yo últimamente, negándome a mí misma planteándome cómo hacer una coraza aún más dura que la anterior... (mithril, adamantium, cromovaladio quizás)
Afortunadamente nunca me gustaron demasiado los cuentos de hadas al uso, siempre preferí la Literatura... ahí sí que hay princesas de las que me ayudan a avanzar, traviesa a traviesa, página a página en la vía de tren en la que me encuentro... por eso camino de nuevo por ella, un poco siguiendo la inercia de mi misma y sin muchas ganas pero como el Canfranero que, aunque descarrile de vez en cuando, siempre acaba llevándote al pie de la montaña.
Y tengo la impresión que no soy la única que tiene dudas y miedos ante su vía de tren... unos andan como yo afrontando la vía que decidieron tomar y avanzando lentos pero seguros, otros tristes porque no saben si su vía les va a alejar del paisaje que es tan querido para ellos y les da un poco de miedo no conocer el destino, hay quien se siente harto del tren, de algunos pasajeros y creen que los maquinistas son otros no dándose cuenta de que siempre ha llevado su vía por dónde ha querido ( y doblar el riel de una vía de tren y aún así no descarrilar es un gran logro) y hay otro que, en vista de que las cosas no discurren como él quiere, sólo hace lo mismo de siempre: acelerar; luego si descarrila dirá: "ups" pondrá cara de pillo en plan "esto no me lo esperaba" y tras la parada de rigor volverá a avanzar a toda máquina...
Y es que nuevamente Carlos Goñi tiene las palabras adecuadas...
Es
mejor
caminar
que pararse y ponerse a temblar...
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2 comentarios:
Que gran verdad encierra este comentario
Muchas gracias guapa y ya sabes a seguir caminando que te lleven donde te lleven tus pasos sabes que no los das sola.
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